Ilusiones tardias.

Voy soñando ilusionado
con tus caricias y besos
y duermo alegre por eso;
aunque tu amor ha llegado
con mi tiempo ya gastado,
aun así, contigo pienso.

Emilio. 12/09/2008

¿Damos un paseo?

Deliciosa señora que paseas,
por los campos de tierra bien amada;
he sentido de tus versos la llamada
y bendita de tu gracia, tu lo seas.

Agradezco la dulzura de tu verso,
de bondad y ternura acaudalado;
es esencia de belleza conquistado
y terminas por el gusto de tus besos.

Este amago de soneto te dedico,
como pago por tu bella compañía,
que disfruto por la noche y por el día.

Cuando quieras la puerta se abriría;
con la aldaba, no produzcas mucho ruido,
hay un verso de una dama ya dormido.

Emilio.

A Rodas, por su servicio.

Caballo de textura delicada;
tu marchar desbocado de la rienda,
hace bravo tu galope por mi hacienda
y me llevas sudoroso, hasta mi amada.

Me esperabas al ser de madrugada,
con la silla de montar sobre tu lomo;
por amores me llevaste cual palomo
para ver a su paloma enamorada.

El perfume de las rosas, ha llegado,
con la luz de ese sol que nos alumbra,
a mi dama, la veo ya a mi lado.

Descansa buen amigo, te has ganado,
ese dulce azucarillo que te ofrezco:
tengo amores que yo no me merezco.

Emil.

Toi namorao.

En mis noches de amor estas presente
cuando sueño delicias importantes,
y placeres con figuras delirantes
me produces por el dia, dulcemente.

Si en mis brazos te tengo nuevamente
las pasiones de mi cuerpo son constantes,
y me calmas los ardores delirantes,
de mi ser que te adora, felizmente.

Esta noche al esperar seré impaciente,
pues tu cuerpo me da la fantasía
para dar a mi vida su alegria.

Cuando estés a mi lado recostada,
de mi amor sentirás, querida mía,
las pasiones desatadas que pedías.

Emilio.

En el mar.

Con aplausos a su arte, señoría,
navegando con firmeza por los mares
al sentir la bonanza de esos lares
vas mostrando con tu risa la alegría.

Muy digna de sentir la simpatía
que el amado se esconde, no aparece;
la besa enamorado cual merece
si la musa le demuestra su estadía.

Ya no sufras, que lo tienes conquistado
y amarrado se siente a tus amores,
sin dolencias por tenencias de dolores.

Esta noche lo veras enamorado,
reclamando de tus labios los favores
que tu boca apasionada, le ha ofertado.

Emilio.
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